Estudiantes y profesores de la asignatura de Religión de primero de Bachillerato, del IES Zurbarán y del Augustóbriga, se unieron ayer, 1 de marzo, y recorrieron la «senda del Ángel», un camino que transitan decenas de peraleos hasta Valdehúncar, para mostrar su devoción a El Ángel y al Santo Cristo del Perdón.
Los casi 60 estudiantes y profesores asistieron a la misa presidida por Don Leopoldo y concelebrada por Don David, Don Felipe y el diácono Óscar Salgado. Los estudiantes han participado leyendo la monición de entrada, las peticiones, sirviendo en el altar como monaguillos, y pasando el cestillo.
En la misa han estado presentes el alcalde y los concejales, la Guardia Civil y los Oficiales de este 2024. Antes de terminar la misa, el diácono Óscar Salgado entregó las varas a los Oficiales, dando comienzo la procesión, en la que se han integrado los jóvenes moralos que también han cargado las andas con el Ángel.
Para finalizar la convivencia, tres hermanas Servian, que son mexicanas y están en la parroquia de Talayuela, han dado testimonio de su vocación y han contado cómo sintieron la llamada de Dios.
Finalmente, el grupo ha tomado un refrigerio y se ha puesto rumbo de vuelta a los centros educativos.
Los actos programados por la festividad de El Ángel continúan hoy sábado, y darán comienzo a partir de las 18:00 horas, que se irá a recoger al tamborilero, acompañar a los oficiales a sus casas y luego se irá a la parroquia, donde se bendecirán las antorchas para prender la hoguera de la Velá y degustar la sangría de la parroquia y el convite de los Oficiales.
La Senda del Ángel
Se conoce como Senda del Ángel al camino que hay entre Peraleda del Mata y Valdehúncar, y se le conoce así, por ser el camino que seguían las gentes de Peraleda para ir a las fiestas de El Ángel de la Guarda en Valdehúncar.
Cuenta la Historia, que la fiesta de El Ángel está relacionada con la Guerra de la Independencia (1809-1814) cuando, lo mismo que otros municipios, los franceses invadieron Valdehúncar y los cadáveres de la contienda que se abandonaban en el campo, propiciaron una epidemia de peste, que diezmaba a la población.
El día 1 de marzo de 1814, ocurrió que celebraban la procesión del Cristo del Perdón, y al paso de la misma, un enfermo de peste envuelto en una sábana blanca se arrodilló frente a la imagen y, supuestamente, sanó. La procesión continuó por todo el pueblo, desapareciendo al poco la peste.
Por recomendación del médico de Peraleda de la Mata, se quemaron en la plaza todos los enseres que habían estado en contacto con enfermos de peste; hoguera que se prende cada año delante de la puerta de la iglesia en recuerdo de aquel hecho. Desde entonces el amor y devoción al Cristo se extendió por toda la comarca y sus vecinos siguieron recordando tan feliz acontecimiento cada 1 de marzo.
Más recientemente, durante la Guerra Civil, la imagen del Cristo fue destrozada y solo se pudo recuperar la cabeza y los pies, que se conservan en una urna de cristal en la Parroquia, y una señora regaló la imagen del Ángel Bendito, para que protegiese de la enfermedad y de la guerra al pueblo. Desde entonces, van unidas la devoción al Santo Cristo y al Ángel Bendito.