Llega el cambio al horario de verano, recuerda «a las dos son las tres»

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Ya tenemos aquí nuevamente las dudas, los líos y los cabreos de más de una persona porque, al menos hasta que pasan unos días, a todos nos cuesta adaptarnos a los cambios de horario.

Qué no cunda el pánico, ya que por suerte, la mayoría de los aparatos que tenemos en nuestras casas se ajustan solos y con intentar acoplarnos a la nueva rutina, aunque los primeros días estemos un tanto descolocados, será suficiente.

El cambio en los relojes llegará en la madrugada del sábado 30 de marzo al domingo 31, de manera que «a las dos serán las tres» y por tanto el domingo tendrá solamente 23 horas.

¿Solo cambiamos la hora los españoles?

 

Rotundamente no. Los países que forman parte de la Unión Europea están obligados desde 1996 a adaptar sus horarios oficiales dos veces al año adelantando los relojes una hora el último domingo de marzo (horario de verano) y atrasándolos una hora el último domingo de octubre (horario de invierno).

La medida, que se instaló buscando el ahorro de energía tiene cada vez más detractores entre la ciudadanía, por lo que en 2018 la Comisión Europea hizo un estudio para conocer más a fondo el alcance de las discrepancias al respecto y dicho estudio arrojó como resultado que, el 84% de los encuestados se mostraron en contra.

En España según el BOE, el último cambio está previsto para el del domingo 25 de octubre de 2026, pero se desconoce si se anulará o prorrogará cuando este plazo llegue y por tanto, ignoramos cuánto falta para pasar al grupo de los países que nunca cambian su horario

Actualmente alrededor del 40% de países adoptan esta medida, que en algún momento aplicaron en sus territorios 140.  Estos países están principalmente en Europa y el norte del continente americano

El 60% restante no lo hace, principalmente porque los países más próximos a la línea del ecuador no encuentran práctico hacer este cambio ya que las diferencias de sus horas de luz y oscuridad son mínimas a lo largo del año. Así, la mayor parte de Centroamérica, Sudamérica, África y Asia no cambia de horario.

Sea como fuere, cada vez está más claro que como medida de ahorre energético estos cambios no tienen ventajas y que sus consecuencias en la ciudadanía se hacen notar de forma negativa tanto a nivel mental como físico pues provoca fatiga, problemas digestivos, somnolencia y falta de concentración.

 

Infografía de | Statista
Infografía de Statista

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