Agentes de la Guardia Civil, pertenecientes a la Intervención de Armas y explosivos de la Comandancia de Cáceres, han llevado a cabo la destrucción de 1.019 armas que por diferentes motivos, se encontraban depositadas en las distintas intervenciones de la provincia, y las han convertido en chatarra.
Entre las diferentes armas reducidas a chatarra mediante su fundición, se encuentran las de propiedad particular, cuyos propietarios han solicitado su destrucción; aquellas cuya destrucción ha sido decretada por la autoridad judicial o administrativa; las depositadas a disposición de particulares, una vez ha transcurrido el plazo máximo de depósito; así como las incluidas como prohibidas, por carecer de marcas, números o punzones obligatorios de un banco oficial de pruebas.
El peso de todo lo destruido, que mayoritariamente eran escopetas, ha supuesto un total de 2,7 toneladas (2.780 kilogramos). También se han destruido aunque, eso sí, en menor medida, rifles, carabinas, pistolas, revólveres, armas de aire comprimido, detonadoras, armas blancas y de otros tipos.
El número de armas destruidas, en la Comandancia de Cáceres, ha crecido progresivamente durante los últimos años. En el periodo histórico de 2007 a 2025, el total destruido está cercano a las 14.000 unidades.
La Guardia Civil realiza la destrucción bajo un estricto control. Los agentes de la Intervención de Armas y Explosivos de la Comandancia de Cáceres, trasladaron las armas a una empresa de fundición de acero, para convertirlas en chatarra mediante un proceso de fundición.
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