“No nos resignamos” es el lema y título del manifiesto que han hecho público los alcaldes y alcaldesas de los pueblos amenazados con el cierre de la Central Nuclear de Almaraz; con el que han alzado la voz, este martes, concentrados en la puerta de CNA para defender su futuro, en representación de más de 100.000 vecinos y vecinas de la zona, y para advertir de las graves consecuencias para todos, si se lleva a cabo el cierre previsto, siendo Cáceres, además, una de las provincias españolas más amenazadas por la despoblación.
La Central Nuclear de Almaraz es el principal motor económico de la comarca y el manifiesto de los alcaldes. pide el mantenimiento de su actividad, más allá del calendario previsto. Por motivos regulatorios y de organización, si no se revierte la decisión de cierre antes de terminar el primer trimestre de 2025, este será irreversible.
Por tanto, los próximos meses son decisivos para evitar una situación que el manifiesto de los alcaldes califica de “devastadora”. La central supone más de 2.900 puestos de trabajo, a los que hay que sumar 1.200 por cada recarga de combustible; son puestos de trabajo mayoritariamente de alta cualificación y larga duración.
Los alcaldes y alcaldesas urgen a las administraciones públicas y a las empresas propietarias para que dialoguen
Ante esta situación, los alcaldes y alcaldesas urgen a las administraciones públicas y a las empresas propietarias, para que entablen un diálogo que permita garantizar la continuidad de la central, abordando cuestiones críticas como su carga impositiva -435 millones de euros al año-, que la hace inviable económicamente.
Almaraz es clave para la garantía de suministro, y los problemas de la semana pasada -cuando la parada técnica de la central nuclear de Ascó (Tarragona) conllevó la activación del Servicio de Respuesta Activa de la Demanda (SRAD), con el consecuente paralización del suministro a la gran industria- demuestran la necesidad de las centrales nucleares para garantizar la autonomía energética de todo el país. Además, su cierre conllevaría un mayor uso de energías que sí emiten dióxido de carbono a la atmósfera y tendría un impacto en el precio de la energía.
Con el lema «No nos resignamos», el texto, leído por el alcalde de Almaraz, Juan Antonio Díaz
Agraz, en la propia entrada de la central, deja claro que los municipios de la zona lucharán por evitar el cierre de la instalación, una medida injusta y perjudicial para la región. “No nos resignamos a perder una de las mejores centrales nucleares del mundo”, afirma también el manifiesto, en referencia a los estudios de la Asociación Mundial de Operadores de Centrales Nucleares (WANO)
Están previstas nuevas movilizaciones
Ante la urgencia de la situación, los alcaldes tienen previsto llevar a cabo en las próximas semanas nuevas acciones de movilización social e institucional, en las que esperan contar con el apoyo de todo el tejido social y ciudadano de Extremadura. La abrumadora mayoría de la ciudadanía de la zona, así como de las instituciones
públicas y privadas, encabezadas por la Junta de Extremadura y ambas Diputaciones (Cáceres y Badajoz), muestran un firme apoyo a la continuidad de la Central como polo de desarrollo insustituible de la región, dada su importancia económica como generadora de empleo y para garantizar la soberanía energética.