Los populares moralos proponen un modelo de ciudad abierta

OPINIÓN

EL PARTIDO POPULAR MORALO PROPONE UN MODELO DE CIUDAD ABIERTA, por Jaime Vega, portavoz del Grupo Municipal Popular de Navalmoral.

La utilización del tiempo con fines electoralistas es un truco viejo, un atajo fácil para gobiernos que no tienen otra forma de responder a las necesidades y retos que plantean una ciudad moderna y sus habitantes.

Como toda España, vivimos una situación postcovid agravada por una inflación desbocada donde el recibo de la energía hace mella en las economías de familias, empresas y autónomos ¿Con esta difícil situación podemos ofrecer una ciudad abierta y limpia, atractiva; capaz de atraer a los vecinos de otras localidades que demanden eficaces servicios de calidad?

Sin duda. Las arcas municipales cuentan con recursos suficientes para hacerlo y una saneada tesorería heredada en mayo de 2015 gracias a la excelente gestión de los equipos Populares. Ese importante legado (más de tres millones de euros) fue ampliándose con las partidas que, año tras año, se devolvían al no ejecutarse los presupuestos municipales.

Las arcas se llenaban, cierto; pero la ciudad entró en una espiral incomprensible y dañina para su propia supervivencia. Pagar impuestos no tenía sentido, pero los vecinos seguían obligados a pagarlos sin que con ese dinero se atendieran sus muchas y constantes necesidades. La ciudad no invertía ni en su conservación, ni en su futuro. Sólo recaudaba.

Se preguntarán, ¿pero en verdad, no podía cuidarse? Por supuesto que podía cuidarse y, además, con medidas sencillas. Con el cuidado, limpieza, iluminación y aseo de sus calles y avenidas; de sus árboles y jardines; la reposición y mantenimiento de parques infantiles; para crear agradables zonas de paseo, ocio y descanso; e invitar al disfrute de la ciudad, más sana y saludable.

El mantenimiento de un bien municipal reporta su utilidad durante más tiempo, lo que redunda en el ahorro, al optimizar los recursos. En ese sentido, mantener una eficaz red de saneamiento eficaz para evitar inundaciones cuando cae una tormenta, los insalubres hedores del alcantarillado o erradicar las plagas de especies que hemos visto colarse en nuestras vías principales, parece fundamental.

Crear aparcamientos y generar un tráfico rodado, cómodo y eficaz, atrae a los visitantes y les facilita llegar a tiendas y mercados, bares y restaurantes, cines, estadios y teatros, oficinas y centros oficiales; para que puedan satisfacer sus distintas demandas y necesidades.

Invertir en energías renovables, abarata el recibo energético del municipio, mejora el aprovechamiento de los recursos municipales, que provienen de los impuestos, contribuye a la defensa del medio ambiente y deja más dinero en los bolsillos de las familias, al rebajar sus impuestos o al aprobar bonificaciones en los impuestos de vehículos de tracción mecánica y de construcciones, instalaciones y obras; premiando a quien decida utilizar vehículos eléctricos o colocar placas solares en su vivienda.

Ofrecer medidas de fomento a la industria, permite competir con otros territorios que ofrecen cuando menos lo mismo por menos. Ofrecer apoyos a empresas y autónomos supone atraer puestos de trabajo y riqueza. E insistir en planes de calado que reintegren al mundo laboral a quienes, por edad, tienen más difícil incorporarse; parece de justicia.

Todas esas medidas oxigenan la ciudad, y aún podían activarse otras palancas de otros poderes en la promoción de Navalmoral como ciudad administrativa y de servicios públicos. Por ejemplo, con la ampliación del ya pequeño edificio de los Juzgados, para construir un Palacio donde desarrollar su alta función de acuerdo con sus necesidades, algo que se nos prometió en 2018, y aún estamos esperando.

Sin claudicar, podía insistirse ante el Ministerio en las bondades del soterramiento de la vía ferroviaria, dados los informes negativos de los propios técnicos municipales, las advertencias de los colegios profesionales que han examinado el proyecto y ser una petición unánime de vecinos y asociaciones, entre cuyas voces, destaca sobremanera la incombustible Plataforma No Al Muro – gracias.

Sí, podíamos transformar la ciudad, preparándola para el futuro, reforzando todas sus debilidades, potenciando sus virtudes. Bastaba con poner en marcha estas medidas; atender las propuestas de este Partido que se esconden en los cajones; escuchar a la ciudad; o cumplir con los acuerdos plenarios, unánimes, de 2020, para construir un bulevar desde la rotonda de Moya hasta el campo municipal, incluyendo éste; o para dar respuesta a nuestros enfermos de Alzhéimer.

Los tiempos en política son muy importantes, y más para quienes los usan para todo, menos para cuidar y defender esta ciudad. Pero pueden mirar el reloj de otro modo. Si es para transformar y potenciar Navalmoral, cuentan con ustedes y con nosotros.

 

 

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