Los representantes de los trabajadores de la central nuclear de Almaraz han remitido una carta a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, en la que le piden una reunión urgente para abordar el futuro de la instalación, así como para expresar la preocupación de los trabajadores ante el cierre, que está previsto para noviembre de 2027 y octubre de 2028.
El Comité de Empresa de CNA, subraya que, de no modificarse el calendario actual, la decisión del cierre «podría volverse irreversible en marzo de 2026». De igual manera alertan del “impacto devastador” que tendría para lo más de 4.000 empleos directos e indirectos que dependen de la central, así como para las familias de los trabajadores y toda la comarca de Campo Arañuelo, donde CNA es el principal motor económico.
El comité insiste en la seguridad de Almaraz
Recalcan también que la central «es hoy un referente internacional en seguridad y buenas prácticas», gracias a una inversión anual media de 50 millones de euros que las empresas propietarias invierten en su modernización, lo que significa que la planta se encuentra “en las mejores condiciones para seguir operando durante muchos más años”.
Destacan la «alta cualificación» de sus trabajadores y la existencia de un «relevo generacional en marcha, que garantiza la continuidad del conocimiento técnico y la seguridad operativa».
El Comité finaliza el escrito solicitando, por todo ello, una reunión urgente con representantes del Ministerio para abordar “con la seriedad que merece” el futuro de la instalación. “Los trabajadores merecemos ser escuchados por nuestras autoridades antes de que la situación se torne irreversible”.
Situación del cierre programado de las centrales nucleares
No hay que olvidar, que el cierre programado de las centrales nucleares lo acordaron las empresas propietarias y el Gobierno de España en 2019 y que ante la cercanía de la fecha del cierre acordado, de las dos unidades de Almaraz, se produjo un movimiento de la sociedad extremeña de la zona, para que se posponga dicho cierre, que cuenta demás con al apoyo de múltiples colectivos y de las diferentes administraciones extremeñas.
El Gobierno ha manifestado que están dispuestos a dialogar con las propietarias para evitar el cierre, para lo cual el primer paso es que soliciten la prórroga correspondiente. Sin embargo, las tres empresas propietarias aún no han solicitado dicha prórroga, lo que mantiene en jaque el futuro de esta central y sus trabajadores, a pesar de las diferentes gestiones llevadas a cabo incluso por la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola.
Guardiola declaraba a EFE en una entrevista a mediados de junio pasado que, «tras la petición unánime de la sociedad extremeña para dar continuidad a la central nuclear de Almaraz, ahora es el turno de las empresas propietarias para exigírselo al Gobierno»
«Me he sentado con todas ellas -Ibedrola, Endesa y Energy- y les he manifestado que es necesario que hagan esa fuerza que necesitamos, pues el Gobierno lo que pone encima de la mesa es que si las propietarias lo piden, lo harán».
Pero, los plazos se acortan y las empresas propietarias continúan sin solicitar la tan deseada prórroga.
