La Concejala de Salud del Ayuntamiento de Navalmoral le ha prestado la cara a la Asociación Alcohólicos Anónimos, en la presentación que ha tenido lugar esta mañana en el consistorio moralo, para anunciar las actividades que hará el colectivo en la localidad para festejar el LXXXII Aniversario del movimiento a nivel internacional. En la presentación han estado presentes varios directivos y componentes bajo los seudónimos de Alberto, Sebastián, Antonio y Alfonso.
El acto estará abierto a todas las personas que sufran el problema del alcohol o bien para sus familiares. Para el equipo de gobierno es fundamental implicarse en actividades como esta pues cumples con su prioridad de activar asociaciones de todo tipo y más cuando se les pide colaboración. Se hará en los Servicios Sociales el jueves 8 de junio a las siete de la tarde.
Ahora mismo en nuestro país funcionan unos 600 grupos, el de Navalmoral y de todo el entorno suele funcionar con sesiones regulares donde acuden entre cuatro y cinco personas. Trabajan bajo una agenda con 12 sugerencias basadas en la experiencia adquirida durante todos estos años.
Alberto ha contado a los medios como nació esta forma de trabajar con los alcohólicos cuando hace ya 82 años un médico y su paciente hablaron sobre el tema y de como el paciente necesitó ser escuchado para sacar fuerzas y seguir adelante. Su propósito en la asociación es «llegar al compañero que lo esté pasando mal, que esté bebiendo«. Explicaba que el anonimato es fundamental y de igual manera lo es el mensaje de ayuda que se transmita, más que la persona en sí. Hay que huir de estereotipos.
Sebastián explicaba que en Navalmoral se reúnen todos los lunes de 19:00 a 20:30 en su sede detrás del IES Augustóbriga, en la calle Eras. Ademas aportaba que para conseguir la recuperación su «vida se había vuelto ingobernable… Pero lo consiguió«. Insistía en que hay recaídas, pero se puede seguir luchando, asumiendo la enfermedad que padecen.
Antonio tomaba la palabra indicando que en 1988 llegó el colectivo a la región. Explicaba que apuesta por el proyecto por lo que le dieron y ahora él puede dar. Fijó su meta y lo consiguió.
Por último Alfonso tomaba la palabra para indicar como hay muchos clichés en el mundo del alcoholismo. El alcohol tomó el control de su vida, en un principio, para hacerle perder la vergüenza. El alcohol pudo con su trabajo y fue su familia la que le introdujo en el grupo. Ahora quiere contar su experiencia para derribar muros y que sea ejemplo para los más jóvenes.
